Existe una línea muy delgada (pero existe) entre la cortesía y la hipocresía. No todas las personas nos van a caer bien, pero en lo que a nosotros respecta, deberíamos poder llevarnos bien con todos.

Y no se trata de intentar agradar a la otra persona, sino de mantener nuestra calidad de vida y evitar conflictos que son innecesarios. Respetar y ser amables es un signo de educación que aplica para todas las personas, incluso para aquellas con las que no nos llevamos bien.

Cuando podemos dar respeto por igual a todas las personas, dejamos en evidencia nuestro nivel de madurez. Y por el contrario, cuando insistimos en tratar mal a quien no nos cae, actuamos infantilmente haciendo nuestras vidas más complicadas.

Nunca sabes cuándo vas a necesitar de quien no te agrada. El mundo da muchas vueltas y puede que el día de mañana la oportunidad que necesitas venga de manos de esta persona. Por tanto, mantén tus niveles de tolerancia y respeto igual para todos.

La educación es nuestra mejor tarjeta de presentación

No podemos tratar bien solo a aquellos que nos pueden beneficiar de alguna manera, pues esto sí que es hipocresía. Tu buen trato también debe estar dirigido a las personas molestas y desagradables para ti. Si tratas bien a alguien con el que no estás de acuerdo en casi nada, eso habla mucho de ti.

Tu conducta equitativa demuestra que eres una persona inteligente, madura y educada. También te pone como ejemplo a seguir para otras personas que tienen comportamientos infantiles y que no saben cómo tratar con quienes no compaginan.

Tratar bien a quien no te agrada también revela que sabes cómo vivir en comunidad, que eres tolerante y que puedes prosperar incluso cuando la compañía no es tu favorita. Asimismo, revela que eres una persona que se adapta al cambio, que evoluciona y que puede crecer personalmente en cualquier contexto.

Puede que te llamen hipócrita o falso por no iniciar una pelea, pero en realidad eres inteligente y maduro.

Guía tus actitudes basadas en tus principios. No trates a nadie como no quieres ser tratado. Ni mucho menos te sientas orgulloso por iniciar disputas que son completamente innecesarias.

Los sabios saben preservarse para sí mismos, concentran sus energías para sus proyectos presentes y metas a futuro. De esa manera, alcanzan todo lo que se proponen en tiempo récord. Mientras que quienes se enfocan en derribar a quien no le agrada, quienes ocupan parte de su día en pensar un insulto lo suficientemente contundente, pierden su tiempo en una vida que no da marcha atrás.

El mundo puede ser un mejor vecindario siempre que mantengamos la tolerancia y el respeto aún con personas que son poco agradables. Por tanto, no seas tirano, no todos van a pensar como tú ni buscarán agradarte, aprende a lidiar con eso y tendrás una paz que ni todo el dinero del mundo puede comprar.

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