Año 2019 y... ¿en serio seguimos celebrando el concepto de amor tal como lo planteaba San Valentín? La sociedad evoluciona: ganamos derechos, escuchamos voces silenciadas y también cuestionamos comportamientos que, hasta hoy, los teníamos muy naturalizados de manera errónea. Lo mejor de toda esta revolución de conocimiento, es que aún nos queda mucho por aprender y re-aprender. Si bien podemos creer que estamos mejor que generaciones anteriores, debemos decirte que aún nos queda un largo camino que “desandar” en el plano del amor.

¿Son los celos, una muestra de amor? ¿Existe una media naranja que, realmente, “nos complete”? ¿La heterosexualidad es la única forma posible de existencia? Películas, series, canciones, reuniones familiares y con amigos/amigas. Mientras más se acerca San Valentín, más ideas de amor vinculado a la posesión y a la falta de libertad aparecen.

Muchos de estos comportamientos, basados en creer que una persona es dueña de otra mientras se ama, desencadenan en un nivel de control que incluso, puede llevar a la muerte. De hecho, la mayoría de los femicidios, por ejemplo, son cometidos por la pareja de la víctima o por sus ex.

La pregunta general es ¿cómo puede un vínculo terminar en un asesinato? Según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT de Argentina, por ejemplo, en el primer semestre del 2018, se registraron 52 crímenes de odio. Este índice abre nuevos y más inexplicables interrogantes ¿Cómo puede la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género resultar un pretexto discriminatorio para la violencia? ¿Qué nos enseña el patriarcado sobre las relaciones con otras personas?

Preguntarnos estas cuestiones que nunca antes hemos re-formulado ya es revolucionario. Pensar, para luego cuestionar, es el paso previo a poder modificar verdades absolutas que no nos dejan vivir vidas libres de violencias. Con estas preguntas debemos empujar estos debates en casas, en camas, en calles, en cuerpos.

Nos puede generar celos que la persona que nos gusta esté todo el día con el celular, pero ¿sabes qué? El otro es libre de usarlo el tiempo que quiera, y nosotros/nosotras somos libres de poder decirle, desde el amor y el respeto: a veces, que te encuentres mucho con el móvil, me hace sentir celos e inseguridad.

Basta de escenas de celos, basta de llamadas perdidas cuando salimos con amigos y amigas. Nunca más haremos lo que realmente no queremos hacer. Nunca más relacionaremos la palabra “amor” con hacer cosas que realmente no nos agradan.

Este nuevo concepto de amor sano, busca construir relaciones desde la sinceridad y el compañerismo. Nadie posee a nadie. Somos pares. Para esto, es necesario romper con los mitos del amor romántico y deshacernos de las múltiples violencias que tenemos naturalizadas dentro de un vínculo afectivo. Rompamos las flechas que atraviesan nuestros corazones, ya entendimos que el amor no puede dolernos. ¡Cupido, ven aquí que es hora de enseñarte algunas cosas!

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