Parafraseando el dicho “de todo hay en la viña del Señor”, hay personas en este mundo a las que no les gusta viajar. Seguramente fruncirás el ceño y te preguntarás ¿a quién?

Y es que viajar te da una sensación de libertad, además de sumar experiencias y conocimientos a tu vida que resulta increíble que alguien simplemente prefiera otra opción, pero aquí te explicamos las razones:

Incomodidad

Muchos pensarán que cuando se viaja generalmente la persona se aloja en un hotel, que cabe destacar cuenta con un personal que hace casi todo por el huésped, entonces ¿por qué sentir incomodidad?

Y la respuesta es que son distintas incomodidades, como por ejemplo el no estar en casa, el no comer lo de costumbre porque puede que el país que visites no tenga la misma gastronomía de tu hogar, el tener que hablar otro idioma y casi no entender.

Hasta pasar por maleducado por desconocimiento, aquí te va otro ejemplo: en Japón está mal visto dejar propinas.

Gasto económico

Se trata de una inversión en la que no todos sienten que pueden participar. Por muy “low cost” que se diga que es el viaje siempre vas a terminar gastando en algo. Es necesario llevar un por si acaso, ya que puede presentarse alguna emergencia.

Por otra parte, están aquellos individuos que no ven un viaje como algo tangible, y prefieren gastar sus ingresos en ropa, ir a conciertos en su misma ciudad o compartir una grata salida con familiares y amigos.

Miedo o inseguridad

Viajar implica un salto a lo desconocido que no todo el mundo está dispuesto a dar. De hecho se hace muy complicado para aquellas personas que son muy controladoras, y ni hablar de aquellas que le tienen pánico a los barcos y a los aviones. Sabemos que hay otras opciones de transporte pero igualmente este tipo de personas considera innecesario pasar por un “jet lag”, por una larga espera debido a una salida demorada, o por un protocolo de seguridad que a veces asusta y te hace sudar frío.

Son personas que sienten que donde están es el mejor lugar del mundo, por su gente, su comida, sus costumbres y su seguridad. En resumidas cuentas, les cuesta salir de su zona de confort.

Por regla general las personas a las que no les gusta viajar son tradicionalistas, territoriales y rutinarias. Ojo esto no es una crítica, ya que como dijimos al principio en este mundo hay lugar para todos.

Aquí la opinión de un experto:

"Viajar no solo implica conocer nuevas costumbres, o deshacerse temporalmente de las normas diarias, sino adentrarse a lo desconocido. Si el hogar representa el confort y la seguridad, es decir lo conocido, el viaje implica un quiebre temporal no solo con ese hogar seguro, sino también con los lazos familiares", dijo Maximiliano Korstanje, licenciado en Turismo y Antropólogo, en una entrevista en Traveler.

Otro punto que no podemos dejar fuera de este artículo es el viajar por trabajo y no por placer, eso le cambia la perspectiva a cualquiera y más cuando llevas haciéndolo por largos años.

¿y Tu que piensas?

Fuentes:

La Vanguardia

Traveler