¿Alguna vez te ha pasado que de tanto amor que sientes por alguien te dan ganas hasta de “comértelo”?

Probablemente más de alguna vez has sentido la tentación de morder a tu pareja en el hombro, brazo o hasta en la mejilla. Te sucede cada vez que “te desesperas” y no sabes cómo reaccionar porque no soportas el sentimiento, pues es demasiado para ti. En forma positiva, claro. No hablamos de un sentimiento violento, sino de un sentimiento como el de querer apretarle los cachetes a un bebé.

Aunque no lo creas, tener esta tendencia a querer morder sin violencia a cualquier persona que amas no tiene nada de malo ni extraño. De hecho, es algo completamente normal y frecuente. Así lo afirman los científicos de la Universidad de Yale. Este comportamiento tiene nombre y se llama "agresión tierna", e incluso tiene un fin social: ayudarnos a controlar las emociones.

La investigadora Oriana Aragón explica así este fenómeno:Regulamos nuestras emociones de muchas maneras: a veces intentamos pensar dos veces en la situación y entender qué estamos sintiendo; a veces tratamos de no dejarnos llevar ni un poco por las emociones, e incluso llegamos a evitar cualquier tipo de situaciones emocionales. Pero sucede que a veces expresamos nuestros sentimientos de formas inesperadas, que a simple vista mostrarían todo lo contrario a lo que sentimos, y eso, aparentemente nos ayuda a guardar el balance emocional interior”.

Lo que pasa si sientes ganas de morder a la persona que amas es que sencillamente no puedes contener la ternura y/o el sentimiento que él o ella produce en ti, es literalmente imposible soportarlo. Y ese deseo de “morder un pedacito” es una salida de tu cerebro para no volverse loco de ternura.


Así que, la próxima vez que quieras apretar o morder a tu pareja cuando te sientas demasiado enamorado, no creas que es algo malo o una forma de agredir a quien amas, de hecho significa que hay demasiado amor en ti y estás tratando de controlarlo de la mejor manera.