Esta es una pregunta recurrente. La mayoría cree que solo se descubre la vocación cuando estás decidiendo qué carrera elegir o qué curso de formación profesional te gusta más.

Sin embargo, esta pregunta aparece muchas veces a lo largo de tu carrera profesional. Cuando llevás un tiempo en un trabajo que no te gusta, cuando estás cansado de la rutina; o incluso, cuando tus amigos te preguntan a qué te dedicás.

En estos casos, siempre me viene a la mente Chandler Bing, el mítico personaje de Friends. Chandler trabajaba en algo que ninguno de sus amigos sabía ni nombrar. Era el eterno personaje que nunca estaba contento con lo que hacía.

Hasta que en una fase más madura, decide dejarlo todo y probar suerte en publicidad. Un cambio que parece muy atrevido, ya que compite con recién egresados para un puesto de trabajo. Aunque tras conseguir el empleo, Chandler se ve feliz por esta nueva apuesta laboral.

Esto nos hace replantearnos todo lo que sabemos sobre optar por una carrera profesional. El mundo laboral cambia cada vez más rápido y a veces, estudiás algo que está relacionado laboralmente con un sector que no te esperabas.

Por todos estos motivos, nuestra recomendación es que estudies algo que realmente te guste y vayas adquiriendo a nivel laboral, experiencias que te permitan definir a qué te querés dedicar.

Eso sí, hay profesiones que requieren de un grado de especialización muy alto y la persona suele apostar por ese camino a una edad temprana; aunque no siempre es así.

La venda de la felicidad esconde altas dosis de estrés

Seguramente, habrás oído la frase: “Encontrá un empleo que te guste y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”.

Esto supone que muchos perfiles sientan altos niveles de estrés por la necesidad de encontrar qué los motiva en la vida, cuál es su misión; y sufran, si no la encuentran.

Encontrar tu vocación tiene un punto de idealización. Eso no supone que pases por una fase de aprendizaje, donde descubras qué te gusta y qué no, experimentes malos días, tengas crisis sobre si lo estás haciendo bien, etc.

En esta mitificación, también hay que tener en cuenta el tipo de profesión que elijas. Parece que hay profesiones que son más vocacionales que otras, como por ejemplo, ser un artista, doctor o maestro.

No obstante, actualmente, las vocaciones van mucho más allá de un trabajo dedicado a cuidar al resto. Hay gente que sabe que quiere dedicarse a investigar, desarrollar innovaciones tecnológicas o que desea escribir. Todas estas profesiones pueden ser vocacionales, a pesar de que no tengan de forma evidente, un carácter de servicio a terceros.

Lejos queda la distinción clásica entre empleos vocacionales y otros que no lo son.

Por todas estas ideas preconcebidas, según dice Amparo Millán, coach profesional, la búsqueda de la vocación, en lugar de ser un camino alegre y apasionante, se convierte en una situación dolorosa.

Todos estos miedos y anhelos pueden provocar altas dosis de estrés y frustración. Nos exigimos saberlo sin probar, a cierta edad; e incluso, nos imponemos no errar en la elección.

Este camino debe hacerte disfrutar y aprender. No solo sabés lo que te gusta, a veces, eso se rebela al darse uno cuenta lo que realmente detesta.

Hay que afirmar que no solo tenemos una pasión: el ser humano puede tener varias pasiones y no todas ellas se pueden convertir en una profesión. Además, las pasiones varían a lo largo de la vida. Hay momentos en los que nos mueve una cosa y años más tarde, otra totalmente distinta.

Cambiar de rumbo

Al parecer, cambiar de opinión o rumbo es un fracaso. Muchas personas continúan con su día a día o su empleo porque les da miedo reconocer que ya no sienten esa pasión como al inicio.

O simplemente, que se equivocaron a la hora de elegir una profesión o seguir una pasión que en realidad, ahora ya no lo es.

Es importante también diferenciar vocación de trabajo. Aunque lo ideal es que vayan juntas, para que así el empleo cobre un valor especial, en ocasiones, se pueden desarrollar de forma separada. Ello, sin que eso suponga que no puedas disfrutar de tu trabajo o hayas fracasado al elegir una profesión.

No todo el mundo quiere convertir su pasión en trabajo, ya que ese cambio puede suponer que realmente ya no disfruten haciéndolo. Cada persona es un mundo; y por eso, lo importante es conocerse a uno mismo y evitar las comparaciones y el estrés por no saber a lo que te querés dedicar.

Métodos para descubrir tu vocación

Si aún dudás sobre tu vocación, te mostramos algunos métodos para que la puedas identificar. Aunque, tal y como te hemos comentado anteriormente, es importante disfrutar del camino y de la experimentación.

1. Examen de orientación vocacional

Existen muchos test vocacionales que podés hacer para encaminar tu futuro. En algunas escuelas, forma parte del programa y se realizan un poco antes de ir a la universidad.

Si ese no es tu caso, podés ir a un psicopedagogo para que te facilite algunos exámenes y hable con vos sobre los resultados. A veces, es más importante la reflexión posterior que el resultado del test en sí.

Los test vocacionales son cuestionarios, donde te preguntan sobre tus gustos, actividades y qué te hace disfrutar.

2. Hablá con profesionales sobre su empleo

Si dudás entre algunas de las opciones, podés optar por hablar con profesionales de esos sectores. Así, pueden contarte su experiencia, qué les gusta, con qué deben lidiar y qué habilidades necesitan para poder hacer bien su trabajo.

Este método te permite desmitificar esa profesión y saber de antemano, qué supone dedicarse a ello: los pros y los contras.

3. Abre horizontes

Si te estás planteado una profesión o una carrera, no te quedés con las que conocés o la que han estudiado amigos y familiares. Abrí horizontes, investigá nuevas carreras, salidas profesionales y estudiá aquello que realmente te gusta.

El mundo cambia rápidamente. De este modo, carreras que antes no tenían mucha salida, con la tecnología, están apareciendo nuevas oportunidades laborales.

Lo importante de un empleo es que te guste y lo disfrutes. Podés llegar a él a través de tu primera elección o puede suponer un largo camino encontrar tu profesión. Lo realmente imprescindible es que durante el trayecto, disfrutes de todos los pasos y evites el estrés. Recordá que el aprendizaje se presenta a lo largo de toda la vida.