A pesar de que muchas mujeres añoran la oportunidad de poder dar vida a otro ser, no todas pueden gozar de este privilegio. Anny tuvo la fortuna de quedar embarazada y esperaba con gran alegría la llegada de su bebé, su embarazo marchaba de maravilla , No obstante, al nacer Jon (Como llamarón al bebé) toda esa felicidad en el rostro de Anny se desvaneció.El parto se desarrolló de manera totalmente exitosa sin presentar ninguna complicación, sin embargo, los médicos no querían mostrarle su bebé a Anny sin antes hablar con ella y explicarle que éste había nacido con una patología conocida como “El síndroma de Treacher Collins”, una enfermedad que caracterizada por presentar deformaciones en el rostro. La reacción de Anny fue totalmente negativa al ver que el pequeño que con tantas ansias esperó no lucía como cualquier otro bebé, tanto fue su impacto, que apenas lo tuvo entre sus brazos, le dijo a una enfermera que se lo llevara, ya que ella no quería verlo nunca más, llamándolo incluso “engendro”, el padre de la criatura ni si quiera quizo acercarse a verlo. Los padres del pequeño Jon se marcharon del hospital dejándolo abandonado a su suerte, siendo el bebé trasladado dos días después a un orfanato, transcurriendo allí toda su infancia, ya que ninguna familia quería adoptarlo debido a su aspecto físico. Jon creció en un ambiente lleno de burlas y rechazo, intentó quitarse la vida, pero por fortuna nunca lo logró. Un anciano millonario que se caracterizaba por hacer obras de caridad con los orfanatos, un día conoció a Jon, bastó solo con que tuvieran una pequeña charla para que se estableciera una conexión especial entre ambos, tras esto, el Anciano le preguntó a Jon si deseaba ser su hijo, tras la respuesta positiva de Jon, el anciano tomó la maravillosa decisión de adoptarloEste hombre hizo una tarea genial de padre, incluso Jon mencionó que no pudo haber tenido un mejor padre, tras la lamentable muerte del anciano, Jon hereda toda su fortuna, y en la actualidad con 30 años, se ha convertido en un gran hombre que logró entender el síndrome que padece, decidiendo aceptarlo y vivir con él sin dejar que le afecte de manera negativa. Jon es un gran ejemplo a seguir para muchos, todo el dinero que heredó de su padre adoptivo lo destinó a pagar terapias y tratamientos para personas que presentan su misma condición
, en la actualidad incluso da charlas por todas partes del mundo sobre este síndrome, con la intención de poder ayudar a quienes lo padecen.