Elizabeth Jane Cochran y a quien se conoce con el pseudónimo de Nelly Bly, fue una gran reportera pionera en el periodismo encubierto. Esta valerosa mujer, llegó al periodismo de una manera inesperada. Un día a leer en un periódico un artículo titulado, ¿Para qué sirven las mujeres?, no tuvo reparo en escribir una carta dirigida al director de dicho periódico para quejarse. La admiración que siento este hombre al leer su carta, lo motivó a pedirle que escribiera un artículo, y ella accedió sin temor alguno. Al leer el escrito de Nelly, quedó aún más impresionado con el contenido tan impecable del artículo, por tal razón le ofreció trabajo en su periódico y ella acepto gustosamente. La mujer y sus derechos, eran los escritos que esta joven redacta; las críticas y señalamientos llovían por cantidades. Sin embargo, buscando nuevas oportunidades se trasladó a la ciudad de Nueva York y tras cuatro meses sin encontrar que hacer, pudo empezar a trabajar en el New York World. Su primer trabajo se relacionaba con un hospital psiquiátrico con muy mala fama; pues eran muchas las cosas feas que se sabían de allí, pero quedaban en meros comentarios y nada se hacía al respecto. Nelly debía internarse durante diez días en este sospechoso lugar, le prometieron que luego la liberarían, y aunque no fue de su total agrado, acepto este reto para encontrar la verdad, de lo que allí sucedía. Era horrible todo lo que ella allí observaba, la capacidad de pacientes, era mucho mayor a la que podía soportar, hasta en los pasillos había pacientes. Pan, sopa y frutas en malas condiciones era la alimentación que se les daba a los internos; pero lo más preocupante, era la cantidad tan grande de ratas, que estaban por todos lados. Muchos de los pacientes no estaban enfermos y recibían muy mal trato, si se atrevían a quejarse con algún doctor, no se les creía y se les castigaba incesantemente, quienes necesitaban tratamiento médico, no lo recibían. Afortunadamente para Nelly al transcurrir los diez días, un abogado se presentó en el hospital y la liberó de tan fuerte pesadilla. Su experiencia fue contada en un artículo, el cual ella título, “Diez días encerrada en una casa de locos”, este trabajo periodístico fue suficiente prueba, para que los responsables del hospital fueran privados de su libertad y la situación de los pacientes mejorará notablemente. Este fue solo el comienzo del exitoso camino profesional de esta gran mujer, y en todo el mundo se conoció de su trabajo; a los 57 años muere víctima de un derrame cerebral, pero se fue con la tranquilidad de saber que las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto y salieron de la clandestinidad. Una mujer digna de admirar y gran ejemplo para todos.