En algunas culturas, el baño se presenta como un ritual de limpieza y purificación. En Asia, actualmente disfrutan bajo las cascadas de agua fría y miles de peregrinos se sumergen en las aguas del Ganges.

Puede parecer una mala idea, pero no lo es. Una ducha fría trae muchos beneficios para el organismo. Aquí te contamos cuáles son.

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Una mujer bajo la ducha

Activa mente y cuerpo

Este es el primer efecto que notamos al ducharnos con agua fría. Los receptores térmicos y las neuronas se activan para mandar un mensaje de alerta al resto del sistema. Se trata de una respuesta por parte del organismo en forma de activación generalizada ante el frío.

Beneficia la circulación

La exposición al agua fría tiene reacciones positivas en el corazón: ante la baja temperatura, nuestra tasa cardíaca aumenta y se contraen los vasos sanguíneos. La sangre viaja a gran velocidad y cargada de oxígeno a los órganos principales y a los músculos, mejorando la circulación hacia estas áreas. Se recomienda ir alternando entre duchas frías y otras con agua caliente.

Si sufres de alguna condición cardiovascular, consulta con tu médico antes de probar las duchas de agua fría.

Aumenta la capacidad de atención

Ducharse con agua fría también produce la activación del sistema nervioso, lo que estimula la secreción de ciertos neurotransmisores como la noradrenalina, que nos ayuda a estar atentos.

Un duchador con el agua corriendo

Mejora el estado de ánimo

Ducharse con agua fría también tiene efectos importantes en el estado de ánimo. El choque térmico hace que se estimule la producción de noradrenalina en el cerebro, esto genera una mayor activación y una leve mejoría del humor, aliviando estrés y la ansiedad. Otros estudios indican que también genera una disminución del nivel de cortisol, la hormona que se libera como respuesta al estrés.

Aumenta la oxigenación

Cuando nos duchamos con agua fría, se acelera nuestra respiración. El cuerpo necesita una mayor cantidad de energía para enfrentar la baja temperatura, lo que implica acelerar la adquisición de oxígeno. Así, aumentan los niveles de oxígeno en nuestro organismo, junto con el ritmo con el que la sangre circula por el cuerpo.

Acelera el metabolismo

Ante la presencia de frío, nuestro cuerpo va a empezar a demandar energía con el fin de poder mantener la temperatura interna en niveles adecuados. Esto genera una aceleración del metabolismo, consumiendo los recursos almacenados en el organismo.

Antes de probar las duchas con agua fría, deberías consultar con tu médico y asegurarte de que sean apropiadas para ti.

Fuentes:

Cuerpo Mente

Psicología y Mente