Hay personas que, en cuanto se ponen a hacer algo de ejercicio, sienten que la cara se les empieza a poner roja. Si tocas los cachetes, seguro estarán ardiendo y se verán como un tomate.

Mucha gente a la que le sucede esto se siente avergonzada, y piensa que algo en su cuerpo no funciona bien. Incluso pueden creer que hacer ejercicio no es para ellos, pues puede hacerles daño.

Pero nada está más alejado de la realidad. De hecho, que la cara y la piel se te pongan rojas cuando haces ejercicio es simplemente un síntoma de que tu cuerpo está reaccionando de manera esperable. ¡Así que no tienes de qué preocuparte!

Sin embargo, nadie va a discutir que puede ser una sensación bastante molesta. Por eso, al final del artículo te contamos algunos trucos para disminuir el enrojecimiento cuando practicas deporte.

Pero, ¿por qué se pone la cara como un tomate al hacer ejercicio?

La respuesta es sencilla: el cuerpo redirecciona el calor hacia tu piel. Eso sucede porque, al aumentar tu frecuencia cardíaca, la sangre viaja más rápido por tu cuerpo y los vasos sanguíneos se dilatan. Todo eso genera calor, pero no es saludable para tu cuerpo sobrecalentarse. En ese sentido, es como si fuéramos una máquina.

Para evitar las lesiones producidas por el calentamiento excesivo del cuerpo, tu organismo redirige el calor hacia la piel. De este modo, se mantiene en el exterior, y es más fácil de eliminar. O sea que el hecho de que tu piel luzca enrojecidas se debe, simplemente, a que el sistema refrigerador de tu cuerpo funciona a la perfección.

En la cara es donde más se nota, pero seguramente descubrirás que toda tu piel luce enrojecida.

¿Es preocupante?

En principio, no. Como hemos dicho, este enrojecimiento es una respuesta natural del organismo. Es cierto que no todo el mundo reacciona igual: en primer lugar, dependerá del estado físico en general, porque a más esfuerzo, más posible es que aparezca este enrojecimiento. En segundo lugar, también tiene que ver el género: es más común en mujeres que en hombres. Por supuesto, el color de piel tiene su relevancia: en una piel clara, esto se notará más.

En todo caso, no es preocupante si desaparece luego de media hora de haber terminado el ejercicio.

En cambio, si perdura o el enrojecimiento del rostro viene acompañado de estos síntomas, entonces deberías tener cuidado y consultar con un especialista:

- Deshidratación
- Náuseas
- Respiración poco frecuente
- Frecuencia cardíaca rápida
- Fatiga extrema

¿Qué hacer para evitarlo?

La realidad es que es difícil evitarlo del todo, aunque puedes tener por seguro que si estás empezando un entrenamiento, la cosa mejorará en cuanto vayas aumentando tu resistencia.

Sin embargo, puedes tomar algunas medidas que eviten el excesivo color rojo en la cara, y sobre todo, que te hagan sentir mejor cuando lo sufres.

La hidratación es fundamental cuando haces ejercicio. Eso sí: se recomienda tomar de a sorbos cortos, porque beber de a grandes cantidades por vez puede generar malestar.

Después de todo, lo que tienes no es más que calor. Mojarte la cara o el cabello puede ser un verdadero alivio.

Hacer uso de un buen equipamiento deportivo es vital para que nuestro cuerpo transpire. Esto es fundamental para evitar ese aumento de temperatura corporal, y por ende, el enrojecimiento del rostro y de la piel.

Si te ejercitarás al aire libre, el sol puede influir negativamente en la forma en la que tu piel se enrojece. Lo ideal es cubrirte bien, con gorra y anteojos, y utilizar protección solar.

Fuentes:

El Confidencial

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