Nuestros grandes amigos incluyen tanto a personas como animales. Se ha podido demostrar los lazos tan fuertes que se crean entre estos seres vivos. El vínculo que se establece cuando se conocen es muy grande, y de ahí que contar entre nuestros afectos más sinceros a muchos integrantes del mundo animal es valedero, ellos son sinceros, honestos y firmes en todo momento.

Una fiel muestra de esto es la amistad tan hermosa que se genero en el año 2009, entre la familia Harrison y  una pequeña ardilla de tan solo 4 semanas de edad, quien sufrió grandes heridas por el ataque de un búho. Ellos la rescataron de  tan grave situación, la llevaron sin dudar a su casa en Carolina del Sur y con cuidados y cariño curaron sus heridas, un lindo gesto en verdad.

Esta familia estaba muy pendiente de todos los cuidados de Bella, así fue como llamaron a esta pequeña ardilla. Nueces y frutas fue la base de su alimentación, todos los miembros de la familia se preocuparon por garantizar el buen estado de salud de su pequeña visitante y es así como en la primavera del 2010 ya estaba en condiciones de regresar a su hábitat natural, algo que entristeció a todos, pues ya nunca volverían a ver a Bella.

Pero esto no fue así, esta agradecida ardilla durante 8 años siempre llego a la ventana de los Harrison, y estaba muy pendiente que alguien la observe, compartían lindos momentos en el jardín de su casa, indudablemente esta amistad es muy fuerte y cada día crece más y más.

Bella siempre busca la manera para que su familia humana sepa que está de visita, salta por la ventana o hace alguna pirueta, captando finalmente su atención.

Los Harrison y Bella pasan increíbles y divertidos momentos, todos disfrutan y aprovechan al máximo cuando están juntos.

Un día llegó con un pie lesionado, y muy tranquila sabiendo que tenía el amor de su familia humana, se paró en la puerta de los Harrison. Ellos sin dudar le compraron las medicinas que necesito y revisaron que todo estuviese bien con ella, pero lo que no se esperaban era la sorpresa que pronto tendrían.

Al querer llevarla en su jaula nuevamente para la selva, pudieron ver a tres pequeñas crías, no podían creer lo que sus ojos observaban. Indudablemente Bella sabía que los Harrison cuidarán de sus pequeños así como habían cuidado de ella.

La felicidad se multiplicó en su  hogar y todos participaron en los cuidados y atenciones que ameritaba tanto madre como hijos.

¿Qué linda historia, verdad?