Llega el fin de semana y para muchos es oportuno salir a divertirse y a tomarse unas cuantas copas. Es el plan ideal para los amigos, compadres y compañeros de trabajo, por fin un aire diferente al que han venido lidiando en la semana.

Lo interesante de todo es que a medida que el tiempo transcurre y el efecto de licor empieza a sentirse, los hombres se tornan cariñosos y muy emotivos con sus pares. Las muestras de afecto se hacen evidentes, abrazos, caricias y  hasta besos vienen y van, descaradamente.

Pero los hombres que lo hacen son “muy hombres”, o por lo menos es lo que sostienen. Lo que sucede es que el licor los incentiva e impulsa, sus deseos más ocultos salen a la luz pública y a quien ven con la sobriedad del día a día simplemente como a  un amigo, con los tragos confiesan que hasta atractivos les parecen sin importarles que sean de su mismo sexo.

No podemos negar que los hombres con solo ver una escoba con falda tienen suficiente para desatar sus deseos más ardientes. Pero lo que las cervezas, vino o cualquier otro trago les ocasionan, es muy curioso y hasta divertido.

Por tal motivo los investigadores de las universidades del estado Wayne e Illinois Oeste, luego de hacer seguimiento a varios hombres en su proceso de ebriedad, concluyeron que los hombres heterosexuales suelen sentirse atraídos por los de su mismo sexo cuando se emborrachan, ¿Cómo te quedo el ojo?

Textualmente este estudio concluye lo siguiente:

Determinaron que el ingerir alcohol, prepara al organismo a la disposición sexual hacia el género del mismo sexo como también el opuesto. Lo curioso es que en cuanto a la disposición sexual hacia las mujeres no lo predecía. Lo que hace suponer un giro significativo en el comportamiento normal de los hombres heterosexuales.

Así, que debes tener mucho cuidado la próxima vez que salgas a tomar con tus amigos, puedes terminar enredado en sus brazos y viendo sus cualidades más fogosas y tentadoras,  no vaya a ser que termines lamentándote de tu nueva experiencia, o  probablemente empieces a descubrir algo que está muy guardado en ti. Nada debe sorprendernos, ¿verdad?

¿Has comprobado esta teoría? Etiqueta a todos tus amigos que se emborrachan frecuentemente, quizás ellos nos puedan dar su testimonio y verifiquemos si este estudio está o no errado.