Jesica Ferro, terapeuta holística que trabaja con huevos vaginales, cuenta que el origen de esta terapia se encuentra en el TAO: la corriente de la Antigua China usa huevos hechos de cristales semipreciosos como jade, amatista, cuarzo rosa y cuarzo cristal para trabajar sobre el meridiano central del cuerpo.

Al hacerlo, la energía que asciende revitaliza todos los órganos centrales: el útero, el hígado y los riñones, y se ramifica en los pechos de la mujer; ya que la vagina contiene puntos de acupresión relacionados con todos los órganos del cuerpo.

Revitalizar este canal de salud permite:

- Armonizar todos los chakras (centros de energía del cuerpo)

- Aumentar la conciencia de los músculos pélvicos y la tonicidad vaginal

- Prevenir prolapsos e incontinencia

- Conectar con la sexualidad y la sensibilidad al placer vaginal y cérvico-uterino

- Experimentar el orgasmo pélvico

- Conectar con la intuición, el deseo y la confianza

- Liberar memorias y energía densificada

- Sanar heridas emocionales

HABITAR NUEVOS CAMPOS NEUROPERCEPTIVOS

Usar cristales intravaginalmente es otorgarle completa autoridad a nuestro cuerpo y recuperar el diálogo con la vagina, los fluidos y el ciclo menstrual. A la vez, nos conecta con los actos rituales y simbólicos y nos damos permiso para estar con nosotras mismas y regenerar nuestra energía. Esta búsqueda de autoconocimiento nos permite descubrir nuestro potencial y reconfigurarnos a través de nuestro propio poder”, explica Ferro.

Huevo yoni de cuarzo rosa.
Huevo yoni de cuarzo rosa.

MARCO TERAPÉUTICO

Es recomendable entrar en contacto con ellos en un marco terapéutico. Jesica Ferro acompaña los procesos del uso de los huevos yoni dentro de su modelo terapéutico llamado “terapia en autoamor”, que crea a partir de diferentes disciplinas.

En este contexto busca “crear una cultura del placer que reivindique el vínculo de las personas con su propio cuerpo para luego poder vincularnos mejor con los otros” y sostiene que “la sanación empieza con la escucha interna”.

¿QUÉ PASA SI NO SALE?

“El trabajo con el huevo es gradual y, en principio, de manera exterior: se entra en contacto con él a través de masajes y meditaciones. Antes de ingresar el huevo en el canal vaginal, puede darse un proceso de uno, tres o seis meses, ya que el foco está en la reeducación emocional y expansión sensorial. A veces, los miedos son prehistóricos y, si los escuchamos, podemos darnos el permiso de transformarnos”, explica la especialista.

De 200 mujeres que Ferro ha acompañado en el uso de huevos yoni, ninguna ha sentido molestias o ha tenido problemas con la expulsión. “La fuerza para pujarlo es como si fuéramos al baño y, si sigue dentro del cuerpo, es porque está trabajando energéticamente: permite trabajar con la ansiedad, la confianza y la relajación”.

¿CUÁL es el mejor CRistAL ES PARA TI?

Obsidiana: si necesitas cortar lazos sexuales de relaciones pasadas, limpiar y liberar energía estancada.

Cuarzo rosa: si quieres recuperar la conexión sagrada, suave y amorosa con tu sexualidad y trabajar la receptividad.

Cuarzo cristal: si buscas claridad mental, armonía y conexión con las energías sutiles y elevadas.

Fuentes:

Jesica Ferro

Conexión Matriz