Claro que esta sensación es súper conocida por todos y todas. Incluso en este mismo momento, al estar frente a la pc o con el móvil en mano, con una de tus piernas flexionadas puedes estar generando ese molesto cosquilleo.
Solemos pensar que se debe a presionar nuestras extremidades, ya que también nos pasa al dormir con el peso del cuerpo o cabeza en nuestro brazo. Creemos que al hacer esto evitamos que la sangre fluya hacia esta parte del cuerpo. Sin embargo, debemos decirte que no estás en lo cierto.
En verdad, cuando ejercemos presión sobre cierta parte de nuestro cuerpo, lo que realmente estamos comprimiendo son las vías nerviosas en el proceso. Cuando estas vías no logran transmitir mensajes del cerebro a determinadas partes de nuestro cuerpo, esta se "duerme" por no poder comunicarse con el órgano pensante.
Asi es que, cuando liberamos esa presión, el miembro comienza a "despertarse". Estas sensaciones son acompañadas por un hormigueo, que justamente es la reacción que genera esta reactivación de comunicación con el cerebro.
¿Se trata sólo de una molestia?
Claro que no. En realidad, este síntoma de “miembro dormido y cosquilleo” está alertándote sobre algo que no está del todo bien. Si tu pie se duerme durante 10 minutos, no hay problemas graves. Pero si se interrumpe la comunicación con el cerebro desde una extremidad durante un período prolongado, podría causar un daño permanente en los nervios de esa zona.
Conozcamos a la parestesia
Este es el nombre científico de esta sensación tan usual entre todas las personas. La parestesia se describe generalmente como la sensación de "alfileres y agujas" que se produce cuando una extremidad se duerme.
Aunque casi siempre se trata de una condición transitoria, la parestesia también puede resultar crónica, como resultado de una enfermedad desmielinizante (como lo es la esclerosis múltiple o de la neuropatía) En estos casos, la parestesia no se produce por una mala colocación de una extremidad, sino como resultado de un problema subyacente.