Cuando decidimos iniciar el recorrido de nuestras vidas con ese gran amor, con tu compañero fiel, con tu otra mitad y con el dueño de tu corazón. Quien se embarca contigo en ese nuevo proyecto al que conocemos como Matrimonio. En nuestra mente siempre esta, envejecer juntos, tener hijos y tomarse de las manos para enfrentar difíciles situaciones, sentir el apoyo incondicional y amarse cada día mas,  es lo que idealizamos, lo que perpetuamos en nuestra mente.

Nunca imaginamos siquiera romper con nuestro sueño, un divorcio creemos está muy lejos de nosotros, es algo que no concebimos ni aceptamos, a nosotros no nos puede suceder, es lo que pensamos.

Pero sucede y te puede tocar a ti, así que no queda de otra que enfrentar, asumir y tratar de salir victoriosa de aquella triste realidad.

Un divorcio para nadie es fácil de asumir, y es la experiencia que Candice tampoco creyó iba a vivir, pero este es un episodio de su vida que asumió con una asombrosa valentía, inteligencia, humildad y amor propio indudablemente, algo que hoy nos hace reflexionar.

Para Candice al igual que muchas mujeres que han visto romper sus matrimonios, este hecho fue muy doloroso, algo sorpresivo y una cruel realidad que nunca espero tener que vivir, tanto así que quiso comenzar un blog para mitigar un poco el dolor y el vacio que estaba experimentando.

“para la madrastra de mi  hija” fue como tituló una entrada en su blog, gran cantidad de seguidores que estaban muy pendientes de lo que esta chica diariamente publicaba, pensaban que cada palabra escrita en esta carta, estaría llena de rabia, desprecio, desilusión y ofensas, comprendiendo la situación de Candice, era una reacción esperada.

Para la madrastra de mi hija

Jamás te quise aquí. Jamás fuiste parte de mis planes. En mis sueños de crecer y formar mi propia familia jamás estuviste presente. Jamás quise la ayuda de otra mujer para criar a mis hijos. En mis planes familiares estábamos yo, mi esposos y mis hijos, nunca tú. Dudo que incluso tú creyeras algún día criar un hijo que no fuera tuyo. Cuando soñabas en ser madre seguro te veías a ti mismo dando a luz, no casándote con otro hombre. Estoy casi segura de que tus planes nunca fueron tener la vida que tienes ahora.

 

Pero Dios nos presenta planes que superan a los nuestros y cuando mi familia de repente se dividió en dos, entonces me di cuenta de que ibas a estar presente.

Yo solo pensaba que ibas a ser una mujer terrible, que mi hija nunca jamás te iba a querer como madre. 

 Esperaba que fueras fea y rezaba para que mi hija jamás llegara a admirarte. Tu padre debía saber que solo podrías disfrutar de un “segundo plato”. Estaba llena de rabia porque nunca imaginé que otra mujer tomaría mi puesto de madre. 

Y de pronto llegaste tú. 

Debo confesar que conocerte no fue como había pensado. Una corriente de celos inundó todo mi cuerpo. Se supone que serías fea, ¿lo recuerdas? Pero no lo eras. Al contrario, eras extraordinariamente guapa. Debías ser una malvada y vieja bruja, ¿lo recuerdas? Pero tampoco lo eras. Eras una joven y guapa mujer.

Mis planes se echaron por tierra.

La expresión de tu cara me hizo comprender que para ti también era muy difícil conocerme. ¡Y mi corazón se enterneció por un momento al ver tu cálida mirada! Me habría apostado lo que fuera a que te iba a odiar de verdad. ¿Porqué arruinaste todos mis planes?

 

Quería rechazarte y tu lo hiciste imposible. En mi interior creció sin embargo un sentimiento de gratitud, porque tu existías.

Aceptaste a mi hija desde el principio y demostraste un amor incondicional hacía ella y su padre. Se trata de un regalo para todos nosotros. Incluiste a mi hija en todo lo que hacías para que se diera cuenta de que la querías y la aceptabas. Pusiste en primer lugar la relación de ella con su padre sobre la tuya con él, solo una mujer fuerte y valiente sabe como hacerlo de la mejor manera.

 

Cuando su padre y yo nos divorciamos sabía que habría momentos en los que me necesitaría, como madre, y no iba a poder estar allí. Estoy agradecida de que tu estés presente en esos momentos en los que yo no estoy. Te estoy muy agradecida por mostrar tu comprensión en esos difíciles periodos de su adolescencia y por mostrar siempre tu cara amable. Ella necesita una madre incluso en tu casa y haces un increíble trabajo por ella.

Desde el principio respetaste mi posición como madre. Te agradezco que me consultes y me preguntes sobre la forma correcta de educarla. Sé que quizá nuestra situación no es normal, que no es común que una madre y una madrastra se manden mensaje cada día para recordarse que se respetan y se quieren. Pero tú eres un ángel. Por ti y por como eres, mi hija crecerá y será una mejor persona, con todo el amor que tu le entregas.

No fue su decisión tener unos padres separados e incluso, si no deseo que ningún niño tenga que pasar por ello, estoy muy agradecida porque hoy tenga cuatro padres que se respetan y la quieran. Ella comprende la situación y es consciente de que un error en un momento dado puede convertirse en algo hermoso a larga.  

No te veo como una madre sustituta para cuando no estoy allí. Tu eres su madre cuando está contigo y cuando está conmigo. Está feliz de poderte llamar y contarte cosas de su vida cuando está en casa conmigo y esto me gusta. Mi corazón se llena de orgullo cuando le das un abrazo lleno de amor cada vez que se ven.

Estoy consciente de las complicadas situaciones que se producen cuando una madre no acepta a la madrastra de sus hijos. El agradecimiento me envuelve cuando veo como hemos superado nuestra rivalidad y hacemos lo mejor por nuestra hija. Gracias por ser una mujer madura y respetuosa. 

Te prometo respetar siempre tu opinión con respecto a nuestra hija. Te prometo no minimizar tu posición en su vida y no hacerte sentir nunca que no eres su madre. Prometo educarla agradeciendo tener a su lado dos mujeres valientes y fuertes  que quieren educarla juntas. Incluso si nuestra relación es buena espero que ella nunca tenga que vivir la misma situación, pero si esto pasará, prometo ser un ejemplo para ella a la hora de educar hijos con varios padres. 

Linda mujer, eres una joya rara y hermosa.

Pero al leer cada línea de esta carta, todas las suposiciones que tenían sus seguidores se cayeron por el piso. La reflexión que hizo esta  mujer en cada una de sus palabras, lleno de emoción a muchos y logro que prácticamente todo el mundo supiera del contenido de esta admirable carta, las redes sirvieron de trampolín para llevarla a mucho más lectores.

Te invitamos a compartir con tus amigos esta carta. ¿Cómo te parece la reacción de Candice? ¿Harías tú lo mismo?