¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si desaparece la capa de ozono? La pregunta no es casualidad, ya que de no existir esta delicada capa de gas que protege a nuestro planeta de los rayos solares, el riesgo de cáncer en la piel y cataratas en los ojos sería mayor, tan solo por nombrar algunas de las peores consecuencias.

Dentro de todo este tema que involucra a la capa de ozono ha salido a relucir un nuevo responsable que amenaza con destruirla aún más. Se trata del cloroformo, un compuesto que no tiene color y cuya aroma es dulce, muy utilizado en la industria química para elaborar plásticos, teflón, entre otros productos y que antiguamente también se empleaba como anestésico.

¿Cuál fue el hallazgo?

Según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publicado en la revista Nature Geosciencie, las emisiones de cloroformo han aumentado un 20% desde 2010 y provienen de Asia Oriental. Los científicos estiman que de seguir en aumento estas emisiones, la recuperación de la capa de ozono podría retrasarse entre 4 y 8 años.

“La recuperación de la capa de ozono no es tan rápida como la gente esperaba, y demostramos que el cloroformo la desacelerará aún más”, reveló el coautor de esta investigación Ronald Prinn, profesor de Ciencias Atmosféricas de TEPCO en el MIT en una entrevista a Europa Press.

Dentro del Protocolo de Montreal, diseñado para proteger la capa de ozono; no se establece la regulación de este compuesto debido a que permanece por poco tiempo en la atmósfera, aproximadamente unos 5 meses; y por eso no se le considera peligroso. Sin embargo con este nuevo estudio queda demostrado que el cloroformo igual es perjudicial para nuestro planeta.

Agujero_en_la_capa_de_ozono_2008

¿Cómo se descubrió esta nueva amenaza?

Cabe destacar que desde 1978 se viene monitoreando la composición de la atmósfera a través del Experimento Global de Gases Atmosféricos (AGAGE, por sus siglas en inglés), que posee 13 estaciones activas alrededor del mundo. En cada estación se mide el aire unas 20 veces al día y se analizan las concentraciones atmosféricas de más de 50 gases que agotan el ozono.

Mediante el monitoreo de AGAGE, se conoció que específicamente dos estaciones ubicadas en el este de Asia, una en Hateruma, Japón, y la otra en Gosan, Corea del Sur; hubo un aumento preocupante en la frecuencia y magnitud de los picos del cloroformo.

Como es conocido, el continente asiático es propenso a monzones, tifones y otras tormentas que podrían impulsar a la estratosfera este compuesto y otros de corta duración, por lo que resulta altamente probable que ese gas se descomponga en el cloro que destruye la capa de ozono.

El resultado, una nueva alerta

La investigación es una especie de aviso para los científicos y entes reguladores. Aún queda un arduo trabajo de camino a la recuperación de la capa de ozono por lo que es posible que se deban hacer regulaciones en un futuro próximo para este y otro tipo de gases de corta duración.

Fuentes consultadas:

Europa Press

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